S. CAMPO. HERALDO DE ARAGON zaragoza 05/05/2010
Los miembros de Teatro Che y Moche y El Gato Negro, con la manzana ya en sus estanterías, esperan que el galardón dé mayor proyección exterior a sus espectáculos.
"Deberíamos empezar a creernos más las cosas en casa. Los dos premios Max son un espaldarazo para todo el teatro aragonés, siempre se ha dicho que hay talento y esto lo acredita". El director y actor de la compañía Teatro Che y Moche, Joaquín Murillo, hacía ayer esta reflexión, en el AVE camino de Zaragoza, pocas horas después de terminar de celebrar la consecución en Madrid del galardón al montaje revelación con 'Metrópolis'.
Un sentimiento que comparte su colega de oficio Alberto Castrillo-Ferrer, de El Gato Negro, cuyo 'Cabaré de caricia y puntapié' se alzó como mejor espectáculo de teatro musical. "No somos mejores que otros, pero peores tampoco. Es importante crear desde Aragón sin cerrarnos en pequeños reductos y corralitos porque el teatro siempre ha sido universal", decía Castrillo-Ferrer ya camino de Toulouse, donde está dirigiendo una versión de '¡Ay Carmela!' en francés.
Tras poner una pica en la capital española, las preciadas manzanas llegaban ayer a la capital aragonesa. "Estamos todavía aterrizando, en el momento de la nominación, cuando nos mencionaron con el nombre de Aragón fue un momento muy especial", reconoce Joaquín Murillo. Y eso que tensión, precisamente, no hubo, porque un error informático desveló el palmarés sin venir a cuento. "Intenté mantenerme al margen todo lo que pude, era algo tan trascendente que preferí asumir en solitario, además los nervios también estaban a flor de piel", recuerda Joaquín Murillo de cuando les llegó el chivatazo.
"Que haya más bolicos"
El desliz de la SGAE lo vivieron más que nada como una anécdota. "Nos llamaron para felicitarnos y no nos lo podíamos creer. No hubo factor sorpresa, pero fue casi peor, ya sabíamos que teníamos que hablar y estábamos igual de cardíacos", recuerda Alberto Castrillo-Ferrer.
El actor zaragozano Jorge Usón, protagonista de 'Cabaré de caricia y puntapié', resolvió la papeleta con ese desparpajo que caracteriza a la gente de la farándula. Suya fue una de las frases más recordadas de la velada: "¡A ver si esto sirve para que haya más bolicos!". Un deseo de todos los presentes que supo expresar con humor y una sinceridad apabullante.
Los directores de las dos compañías aragonesas destacan que con estos galardones se reconoce la labor de todo el equipo y lo arriesgado y original de sus propuestas, ambas con el respaldo del Centro Dramático de Aragón.
"Es casi impensable, con los medios que contamos, embarcarse en una aventura de esta magnitud", se explaya Raquel Anadón de Che y Moche. "Llevamos por lo menos 30 funciones, viajamos con 23 personas y sin llevar una cabecera con nombres de actores conocidos que tengan tirón", recalca. "Creo que se ha valorado que es espectacularmente sencillo, está basado en el artista, en el ser humano y en los valores que aportan las disciplinas que se dan cita", añade Joaquín Murillo.
La próxima función de 'Metrópolis', una adaptación escénica de la famosa película de Fritz Lang, será muy especial para todos. El próximo 24 de junio la representarán en el auditorio de la Universidad Carlos III en Leganés, acompañados por al orquesta universitaria.
Todos esperan una mayor proyección para sus espectáculos. "Nos sentimos muy acogidos por la gente, vieron que somos una compañía pequeña sincera consigo misma y con su trabajo", opina el director de El Gato Negro. Su 'Cabaré de caricia y puntapié' se podrá ver el 18 de septiembre en el festival de artes escénicas de Pancrudo (Teruel).
¿Y las jugosas manzanas? Una ocupará un lugar especial en las estanterías de la compañía Che y Moche. La otra viajará al Prepirineo aragonés, a Murillo de Gállego, donde tiene su sede El Gato Negro.
"Deberíamos empezar a creernos más las cosas en casa. Los dos premios Max son un espaldarazo para todo el teatro aragonés, siempre se ha dicho que hay talento y esto lo acredita". El director y actor de la compañía Teatro Che y Moche, Joaquín Murillo, hacía ayer esta reflexión, en el AVE camino de Zaragoza, pocas horas después de terminar de celebrar la consecución en Madrid del galardón al montaje revelación con 'Metrópolis'.
Un sentimiento que comparte su colega de oficio Alberto Castrillo-Ferrer, de El Gato Negro, cuyo 'Cabaré de caricia y puntapié' se alzó como mejor espectáculo de teatro musical. "No somos mejores que otros, pero peores tampoco. Es importante crear desde Aragón sin cerrarnos en pequeños reductos y corralitos porque el teatro siempre ha sido universal", decía Castrillo-Ferrer ya camino de Toulouse, donde está dirigiendo una versión de '¡Ay Carmela!' en francés.
Tras poner una pica en la capital española, las preciadas manzanas llegaban ayer a la capital aragonesa. "Estamos todavía aterrizando, en el momento de la nominación, cuando nos mencionaron con el nombre de Aragón fue un momento muy especial", reconoce Joaquín Murillo. Y eso que tensión, precisamente, no hubo, porque un error informático desveló el palmarés sin venir a cuento. "Intenté mantenerme al margen todo lo que pude, era algo tan trascendente que preferí asumir en solitario, además los nervios también estaban a flor de piel", recuerda Joaquín Murillo de cuando les llegó el chivatazo.
"Que haya más bolicos"
El desliz de la SGAE lo vivieron más que nada como una anécdota. "Nos llamaron para felicitarnos y no nos lo podíamos creer. No hubo factor sorpresa, pero fue casi peor, ya sabíamos que teníamos que hablar y estábamos igual de cardíacos", recuerda Alberto Castrillo-Ferrer.
El actor zaragozano Jorge Usón, protagonista de 'Cabaré de caricia y puntapié', resolvió la papeleta con ese desparpajo que caracteriza a la gente de la farándula. Suya fue una de las frases más recordadas de la velada: "¡A ver si esto sirve para que haya más bolicos!". Un deseo de todos los presentes que supo expresar con humor y una sinceridad apabullante.
Los directores de las dos compañías aragonesas destacan que con estos galardones se reconoce la labor de todo el equipo y lo arriesgado y original de sus propuestas, ambas con el respaldo del Centro Dramático de Aragón.
"Es casi impensable, con los medios que contamos, embarcarse en una aventura de esta magnitud", se explaya Raquel Anadón de Che y Moche. "Llevamos por lo menos 30 funciones, viajamos con 23 personas y sin llevar una cabecera con nombres de actores conocidos que tengan tirón", recalca. "Creo que se ha valorado que es espectacularmente sencillo, está basado en el artista, en el ser humano y en los valores que aportan las disciplinas que se dan cita", añade Joaquín Murillo.
La próxima función de 'Metrópolis', una adaptación escénica de la famosa película de Fritz Lang, será muy especial para todos. El próximo 24 de junio la representarán en el auditorio de la Universidad Carlos III en Leganés, acompañados por al orquesta universitaria.
Todos esperan una mayor proyección para sus espectáculos. "Nos sentimos muy acogidos por la gente, vieron que somos una compañía pequeña sincera consigo misma y con su trabajo", opina el director de El Gato Negro. Su 'Cabaré de caricia y puntapié' se podrá ver el 18 de septiembre en el festival de artes escénicas de Pancrudo (Teruel).
¿Y las jugosas manzanas? Una ocupará un lugar especial en las estanterías de la compañía Che y Moche. La otra viajará al Prepirineo aragonés, a Murillo de Gállego, donde tiene su sede El Gato Negro.
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