La compañía aragonesa Teatro Che y Moche pone en escena en el Auditorio esta obra sobre las relaciones humanas, el poder y el amor
Gorka Díez - La Tribuna de Cuenca -12/febrero/09
Como «un gran espectáculo de teatro, danza y música donde el sentimiento y la pasión están por encima del pensamiento» es como define el director, Joaquín Murillo, la obra ‘Metrópolis’ que hoy se representa en el Auditorio conquense.
La compañía aragonesa Teatro Che y Moche es la encargada de llevar a escena esta adaptación de la histórica película alemana del mismo nombre que dirigó Fritz Lang en 1927, un filme expresionista que se inspiró a su vez en la novela de ciencia ficción escrita justo un año antes por Thea von Harbou y que todavía hoy está considerado una de las obras maestras del cine mudo.
La historia, ambientada en el futuro, concretamente en el año 2026, narra las vivencias de Freder, hijo del dirigente de la ciudad futurista de Metrópolis, un joven de vida acomodada que al enamorarse de una mujer, María, descubre la pobreza y los sufrimientos del mundo subterráneo de la sociedad en la que habita.
«La obra ‘Metrópolis’ sigue igual de viva que cuando se creó porque habla de temas universales: de las relaciones humanas, de la eterna disputa de los hombres por el poder, del amor...», apunta Murillo, quien reconoce sentirse muy próximo a la película pero asegura que para este montaje no ha buscado clonar el filme, sino «construir una nueva obra a través del lenguaje teatral, que es y tiene que ser muy distinto al del cine».
Como pilares fundamentales del espectáculo, que el propio Murillo dirigió en los noventa pero que ahora se ha perfeccionado para el nuevo siglo, destaca la labor de la coreógrafa y bailarina Elia Lozano, directora de la compañía Sybaa y a su entender «una de las mejores profesionales del país». En ‘Metrópolis’, ella se encarga de dirigir las escenas de danza interpretadas por los obreros.
Pero también hace hincapié Joaquín Murillo en la sinfonía compuesta expresamente para la ocasión por Víctor Rebullida e interpretada por la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza, que sirve para introducir al espectador en la historia desde el primer momento.
Carlos Alcolea, Alfonso Pablo e Ingrid Magriñá encabezan el trabajo de los actores de esta obra muda donde el lenguaje gestual, que busca lo grandilocuente, cobra un gran protagonismo. Aunque también en algunos momentos de la función los actores se ayudan de algún que otro rótulo informativo en blanco y negro que vienen a ser como «un guiño a la película original» y contribuyen «a embellecer el espectáculo».
En total, participan en esta obra producida por el Centro Dramático de Aragón una decena de bailarines y siete actores que forman «un gran despliegue humano y artístico» que se antepone a los efectos especiales con que contaba aquella película rodada en los primeros años del pasado siglo, aunque sin menospreciar los efectos especiales y una cuidada iluminación.
Teatro Che y Moche acumula ya decenas de representaciones de este espectáculo de teatro, danza y música que es ‘Metrópolis’ por los más diversos festivales y escenarios del país, algo de lo que su director se muestra muy satisfecho, sobre todo en tiempos de crisis económica como el actual.
«El no llevar a escena caras famosas y ser un espectáculo de grandes costes podría dificultar que nos contrataran, pero no está siendo asÍ: estamos teniendo muchísimas funciones y eso es algo muy de agradecer que nos devuelve la esperanza de que público y programadores son sensibles al arte».
Los aplausos con que los espectadores despiden cada representación (la última de ellas hasta el día de hoy tuvo lugar en León, donde según Murillo la acogida fue «brutal») motivan a esta compañía a seguir representando ‘Metrópolis’ y a plantearse, incluso, salir al extranjero.
«El hecho de que sea una obra sin diálogos y con rótulos en varios idiomas nos puede abrir las puertas de muchos mercados europeos», confía el director de ‘Metrópolis’.
La compañía aragonesa Teatro Che y Moche es la encargada de llevar a escena esta adaptación de la histórica película alemana del mismo nombre que dirigó Fritz Lang en 1927, un filme expresionista que se inspiró a su vez en la novela de ciencia ficción escrita justo un año antes por Thea von Harbou y que todavía hoy está considerado una de las obras maestras del cine mudo.
La historia, ambientada en el futuro, concretamente en el año 2026, narra las vivencias de Freder, hijo del dirigente de la ciudad futurista de Metrópolis, un joven de vida acomodada que al enamorarse de una mujer, María, descubre la pobreza y los sufrimientos del mundo subterráneo de la sociedad en la que habita.
«La obra ‘Metrópolis’ sigue igual de viva que cuando se creó porque habla de temas universales: de las relaciones humanas, de la eterna disputa de los hombres por el poder, del amor...», apunta Murillo, quien reconoce sentirse muy próximo a la película pero asegura que para este montaje no ha buscado clonar el filme, sino «construir una nueva obra a través del lenguaje teatral, que es y tiene que ser muy distinto al del cine».
Como pilares fundamentales del espectáculo, que el propio Murillo dirigió en los noventa pero que ahora se ha perfeccionado para el nuevo siglo, destaca la labor de la coreógrafa y bailarina Elia Lozano, directora de la compañía Sybaa y a su entender «una de las mejores profesionales del país». En ‘Metrópolis’, ella se encarga de dirigir las escenas de danza interpretadas por los obreros.
Pero también hace hincapié Joaquín Murillo en la sinfonía compuesta expresamente para la ocasión por Víctor Rebullida e interpretada por la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza, que sirve para introducir al espectador en la historia desde el primer momento.
Carlos Alcolea, Alfonso Pablo e Ingrid Magriñá encabezan el trabajo de los actores de esta obra muda donde el lenguaje gestual, que busca lo grandilocuente, cobra un gran protagonismo. Aunque también en algunos momentos de la función los actores se ayudan de algún que otro rótulo informativo en blanco y negro que vienen a ser como «un guiño a la película original» y contribuyen «a embellecer el espectáculo».
En total, participan en esta obra producida por el Centro Dramático de Aragón una decena de bailarines y siete actores que forman «un gran despliegue humano y artístico» que se antepone a los efectos especiales con que contaba aquella película rodada en los primeros años del pasado siglo, aunque sin menospreciar los efectos especiales y una cuidada iluminación.
Teatro Che y Moche acumula ya decenas de representaciones de este espectáculo de teatro, danza y música que es ‘Metrópolis’ por los más diversos festivales y escenarios del país, algo de lo que su director se muestra muy satisfecho, sobre todo en tiempos de crisis económica como el actual.
«El no llevar a escena caras famosas y ser un espectáculo de grandes costes podría dificultar que nos contrataran, pero no está siendo asÍ: estamos teniendo muchísimas funciones y eso es algo muy de agradecer que nos devuelve la esperanza de que público y programadores son sensibles al arte».
Los aplausos con que los espectadores despiden cada representación (la última de ellas hasta el día de hoy tuvo lugar en León, donde según Murillo la acogida fue «brutal») motivan a esta compañía a seguir representando ‘Metrópolis’ y a plantearse, incluso, salir al extranjero.
«El hecho de que sea una obra sin diálogos y con rótulos en varios idiomas nos puede abrir las puertas de muchos mercados europeos», confía el director de ‘Metrópolis’.
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